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En la sala de castigos todo está preparado para que nuestra joven protagonista disfrute de una sesión de BDSM de lo más variada, será atada, amordazada, azotada y humillada sin compasión, soportando en sus tiernos pechos y todo su delicado cuerpo los más variados castigos.
En las sesiones de sado se ponen los límites antes de comenzar, luego depende de la destreza y maestría de los amos y amas el no sobrepasarlos, y en esta ocasión la barrera de dolor estará muy alta.